Tenía un resto de bechamel que me sobró de unos calabacines rellenos que hice ayer, y tres champiñones solitarios también en el frigorífico, así que limpié y corté los champiñones por la mitad en dos trozos longitudinales, y con una cuchara he ido pegando "media bola de bechamel" en la mitad plana del champiñón.
Lo he pasado por harina, huevo, y finalmente por pan rallado (vamos, como unas croquetas). Después lo he frito en aceite y han salido unas primas de las croquetas de champiñón riquísimas.
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